Perdido en el paraíso… pero con internet las 24 horas del día
Asegura que recibir Internet por wifi le permite vivir mucho más tiempo cerca del Parque Nacional Corcovado
Tener Internet por wi-fi en Carate, Península de Osa, sencillamente le cambió la vida… Así lo asegura Mario Urpí, un josefino que levantó un paraíso cerca de Corcovado, en uno de los lugares más lindos de Costa Rica (y, según él, del planeta).
Tiene su casa –que denomina Casa Iseami- nada menos que al lado del parque nacional Corcovado, en uno de los últimos rincones de la Península de Osa.

Mario Urpí, empresario, dirigente comunal, amante de la naturaleza. (Foto ICE para CRHoy).
“Ahora puedo vivir aquí. Puedo trabajar aquí. Puedo pasar más tiempo en aquí, comunicarme con mi familia, con mis hermanas que viven fuera del país, y controlar mis negocios en Pérez Zeledón y San José”, comenta y asegura que antes era una locura, pues hasta la señal telefónica era inestable y ni soñar con Internet.
Tener internet 24 horas también le permite disfrutar de la fotografía, su pasatiempo favorito. Puede, por ejemplo, tomar las fotos y mandarlas al instante “para hacerle la boca agua” a sus amigos que en ese preciso momento ¡están trabajando en San José!
Su situación cambió porque el Instituto Costarricense de Electriciad (ICE) instaló recientemente una radiobase en Cerro Osa y con ello las comunidades de la Península y gran parte del Corcovado tienen señal celular 3G y 4G.
Urpí tiene en la actualidad un enlace simétrico de 4 megas que distribuye entre un hostal que posee su hijo para estudiantes e investigadores y la Casa Iseami, la cual ganó el premio de sostenibilidad 2010 que entrega International Business Times.
El periodista del ICE José Pablo Salazar lo visitó en Carate y recogió su historia.
No tiene el techo de palma pero…
Quizá porque era un poco hippie en los años 70 cuando estudiaba en la Universidad de Costa Rica, soñó en tener un lugar donde pudiera convivir con la naturaleza, en armonía con sus vecinos. (Paz y amor en una casa frente al mar ojalá con techo de palma al estilo Tahití).
Y en efecto, hoy lucha por tener en Carate una comunidad sostenible, una meta que comparte con su vecina Lana Wedmore, propietaria del Luna Lodge.
Urpí es vicepresidente de la Asociación de Desarrollo Integral de Corcovado Carate, la cual preside Lana Wedmore.
“Es cierto que Osa es el cuarto lugar más romántico del planeta; yo soy testigo de eso. Y acá trabajamos por una comunidad sostenible, la primera del país”, explica.
La Casa Iseami es autosostenible. Posee generación eléctrica propia, paneles solares y banco de baterías. “Yo puedo presumir de que tengo aire acondicionado aunque solo en un sector de la casa; algo impensable acá”, alardea.
Por cierto, su casa no es de techo de palma porque ese material no aguantaría el peso de los paneles solares.
El reciente domingo 9 de abril, Urpí abrió el primer minisúper en Carate, a 42 kilómetros del centro de Puerto Jiménez. “Era una necesidad de la comunidad, es parte de entregar bienestar, y evitar largos viajes a los vecinos”, dice.
Aquella zona de Osa no posee electricidad, lo cual ayuda a la preservación de los ecosistemas pero obliga también a calcular muy bien el inventario que puede tener en su negocio.
Y para seguir rompiendo moldes, los vecinos de Carate tendrán una escuela distinta a todas las del país. “Estamos construyendo la escuela de Carate en puro bambú, luego de años de negociación con el Ministerio de Educación, primero para trasladarla y luego para que nos aprobaran los planos y diseño”, comenta.
El compromiso es cuidar y respetar este sitio, pues como asegura Mario Urpí, “es un lugar mágico, donde se unen el mar, la montaña, la selva, una laguna semidulce, las estrellas y una abundante fauna y aves en su estado natural. Es el bosque tropical húmedo en su máximo esplendor”.